lunes, 29 de noviembre de 2010

La iglesia


    José Palmar presbítero, párroco de nuestra señora de Guadalupe, en el municipio San Francisco, explica que “la iglesia siempre ha criticado la eutanasia por ser un acto que atente contra la vida y es un sinónimo de homicidio, pues se acelera la muerte de un enfermo que, por sus condiciones, no está totalmente consciente de la decisión que pueda tomar sólo para calmar su dolor”.

     Del mismo modo, afirma que la eutanasia es una especie de “muerte alentada” a lo natural, y según el artículo 43 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el derecho a la vida es inviolable, por lo tanto se deberían respetar las leyes y el mandamiento de “No Matarás”.

     Benedicto XVII ha hablado claramente de la necesidad de respetar el valor de la vida humana ante los intentos de legalización de la eutanasia. “Aunque es verdad que la vida humana en cada una de sus fases es digna del máximo respeto, en ciertos aspectos lo es más aún cuando está marcada por la ancianidad y la enfermedad”, son declaraciones realizadas en la página web www.muertedigna.org por el mismo Benedicto XVII.

     Del mismo modo el papa comentó que “la actual mentalidad eficientista a menudo tiende a marginar a estos hermanos y hermanas nuestros que sufren, como si sólo fueran una carga y un problema para la sociedad”.

     En este sentido, la iglesia en especial la católica no acepta la eutanasia en ninguna de sus formas, menos si se trata de matar a un inocente. Un cristiano coherente se sabe hijo de Dios y en él confía también para la hora de la muerte.

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